El trastorno de la personalidad narcisista es una afección mental en la cual una persona tiene un sentido exagerado de egocentrismo, preocupación extrema por si misma y falta total de empatía por las demás personas. Dado que los pacientes con trastorno de personalidad narcisista tienen dificultad para regular la autoestima, necesitan ser elogiados y mantener un contacto con personas o instituciones especiales; además tienden a devaluar a otras personas para poder mantener un sentido de superioridad. Son sensibles y se molestan por las críticas de los demás y por el fracaso, lo que les hace sentirse humillados y derrotados. Pueden responder con ira o desprecio, o pueden contraatacar con saña. O pueden retirarse o aceptar la situación en el mundo exterior en un esfuerzo por proteger su sentido de autoimportancia.
La persona que sufre este trastorno expresa la necesidad constante de alimentar sus fantasías de grandiosidad y su autoestima a través de actitudes y comportamientos a menudo exagerados.
Se sabe que el trastorno de la personalidad narcisista tiene un componente hereditario y social. La crianza de los niños demasiado crítica puede favorecer a desarrollar este trastorno al crecer.
El trastorno narcisista de personalidad se caracteriza por un patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía, que comienza al principio de la edad adulta en distintos contextos y se manifiesta por 5 o más de los hechos siguientes:
- Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (ej. exagera sus logros y talentos, espera ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos).
- Está absorto en fantasías de éxito , poder, brillantez, belleza o amor ilimitado.
- Cree que es “especial” y único y que sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto status.
- Tiene una necesidad excesiva de admiración.
- Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables de tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas).
- Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines).
- Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
- Con frecuencia envidia a los demás o cree que los éstos sienten envidia de él.
- Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad.
En cuanto al diagnóstico diferencial con el trastorno límite de personalidad, la labilidad emocional que aparece en el trastorno de personalidad narcisista se encuentra influida por sus dificultades manejando su autoestima y la frustración, mientras que en el trastorno límite se presenta como el resultado de necesidades no realistas, como puede ser la necesidad de un cuidador fuerte para regular sus temores a la independencia.
Mientras en el trastorno de personalidad narcisista suele estar presente un “yo grandioso” y cierta incapacidad de aceptar la dependencia, en el trastorno límite de personalidad el concepto de “sí mismo” sería más estable, con tendencia a establecer relaciones de dependencia.
El tratamiento general del trastorno de personalidad narcisista es el mismo que para todos los trastornos de la personalidad.
La psicoterapia psicodinámica, que se centra en los conflictos subyacentes, puede ser eficaz. Algunos enfoques desarrollados para el trastorno limítrofe de la personalidad se pueden adaptar de manera efectiva para su uso en pacientes con trastorno de personalidad narcisista.
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