El trastorno de personalidad esquizoide se caracteriza por un patrón general de desapego y desinterés general en las relaciones sociales y una gama limitada de emociones en las relaciones interpersonales. Los demás consideran a la persona con este tipo de trastorno como alguien aislado, solitario y excéntrico, frío o distante, encerrado en sí mismo, soñador, con una afectividad muy limitada, incapaz de expresar emociones como la ira y la hostilidad, con un interés reducido hacia la sexualidad y las relaciones sociales.
Tener cuidadores que eran emocionalmente fríos, negligentes, y desprendidos durante la infancia puede contribuir al desarrollo del trastorno de personalidad esquizoide, alimentando el sentimiento del niño de que las relaciones interpersonales no son satisfactorias.
Las enfermedades asociadas son frecuentes. Hasta la mitad de los pacientes tuvieron al menos un episodio de depresión mayor. A menudo también tienen otros trastornos de la personalidad, más comúnmente esquizotípicos, paranoides, limítrofes, o por evitación.
Según la Clasificacón Internacional de los Trastornos Mentales y del Comportamiento (CIE-10), el trastorno esquizoide de la personalidad se caracteriza por:
- Incapacidad para sentir placer (anhedonia).
- Frialdad emocional, despego o embotamiento afectivo.
- Incapacidad para expresar sentimientos de simpatía y ternura o de ira hacia a los demás.
- Respuesta pobre a los elogios o a las críticas.
- Poco interés por las relaciones sexuales con otras personas (teniendo en cuenta la edad).
- Actividades solitarias acompañadas de una actitud de reserva.
- Marcada preferencia por devaneos fantásticos, por actividades solitarias acompañadas de una actitud de reserva y de introspección.
- Ausencia de relaciones personales íntimas y de mutua confianza, las que se limitan a una sola persona o el deseo de poder tenerlas.
- Marcada dificultad para reconocer y cumplir las normas sociales, lo que da lugar a un comportamiento excéntrico.
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