La tricotilomanía es un trastorno que puede aparecer a los 13 años de edad, y se considera como un trastorno del control de impulsos.
Es un trastorno parecido a la cleptomanía, piromanía y al juego patológico. De igual forma se le vincula con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo, debido a que los síntomas son similares.
Por otra parte, los síntomas pueden aparecer ante un evento estresante como abusos, conflictos en el hogar, cambio de colegio, pérdida de un familiar, entre otros.
Los síntomas más frecuentes son:
- Las pérdida notable del cabello a causa del impulso incontrolable de arrancárselo
- Un incremento de la percepción de tensión justo antes de tirarse del cabello
- También se presenta un aumento de la percepción de tensión ante el intento de resistencia a arrancarse el cabello
- Placer, gratificación o liberación al tirar del pelo
- Cuando esta alteración no se explica por otro trastorno mental o condición médica, se trata de la tricotilomanía
- Malestar significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad
- Pérdida de autoestima como consecuencia de la alopecia parcial causada por arrancarse el cabello
No hay causas específicas, sin embargo, sí hay factores que contribuyen a la aparición de este tipo de trastorno.
A nivel biológico se ha identificado que las personas que presentan tricotilomanía, generalmente tienen un desajuste neuroquímico a nivel cerebral, principalmente es un déficit de serotonina.
Otro factor causante de este trastorno es la predisposición genética.
De igual forma, puede presentarse debido a la combinación de los factores anteriores con una circunstancia agravante, como un evento traumático.
Hay expertos que aseguran que los síntomas de la tricotilomanía pueden ser provocados debido a los cambios hormonales de la pubertad.
Existen dos tipos de tratamientos fundamentales para este trastorno del control de impulsos.
Uno de esos tratamientos es la farmacología, que puede aliviar los síntomas. Se basa en medicamentos como estabilizadores del estado del ánimo o antidepresivos.
Este tipo de tratamiento debe ser prescrito por un médico especialista en trastornos de control de impulsos y mentales, pues de los contrario te estarás exponiendo a efectos secundarios.
Bajo ninguna circunstancia se recomienda la automedicación pues los riesgos de peligro pueden ser mayores.
Otro tipo de tratamiento, que incluso se recomienda aun cuando se lleve un tratamiento farmacológico, es la psicoterapia.
El más común es la terapia cognitivo conductual, debido a su efectividad para el control de impulsos y la transformación de conductas.
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